Rioja con toque de château
Ciertamente es una de las vinícolas más jóvenes de Rioja, pero su concepto guarda muy bien la tradición de elaborar vinos de acuerdo a la denominación de origen calificada aprovechando todos los beneficios de su ubicación.
Enmarcada en la Rioja Alavesa y justo en las faldas de la Sierra de Cantabria, la bodega tiene el concepto de tener sus 50 hectáreas alrededor de sus instalaciones, como un château, lo que ayuda una mejor supervisión de las plantas y un correcto manejo al momento de la cosecha.
Un proyecto iniciado en 1990 quizá no remita a una gran experiencia, pero detrás de la elaboración de sus vinos hay más de 150 años de historia con los productores de uva de la zona alrededor de la ciudad medieval de Laguardia.
Las instalaciones aunque representan a una bodega clásica de varios niveles están pensadas para la correcta elaboración de un vino en base a la funcionalidad. Obviamente es la arquitectura lo que más atrae a los visitantes debido a que no se sacrifica la belleza por la operatividad.
Tercia de Reyes
Tres ejemplos de la bodega riojana.
Campillo Crianza 2016
18 meses de crianza en roble
Notas a zarzamora, cuero, tabaco, cereza negra en nariz. En boca muestra buena tanicidad, acidez media alta y notas de frutas rojas maduras
Campillo Reserva Colección 2008
22 meses de crianza en roble
Nariz de buena intensidad con frutos negros, especias, tostados y cacao. Al gusto tiene buena estructura y acidez, elegante, y de final muy largo
Campillo Gran Reserva 2004
30 meses de crianza en roble
Al olfato mucha fruta negra, quizá por el toque de Graciano, con tostados, café, menta y un toque animal. En boca conserva frescura, buena acidez y permanencia